Cómo se hace el diagnóstico de la osteoporosis
En general, se sufre una enfermedad cuando se siente una molestia o dolor. Sin embargo, éste no es el caso de a la osteoporosis ya que es una enfermedad asintomática, es decir que no se siente nada: ni dolor ni molestias. «Tiene que quedar claro que si se siente dolor lo más probable es que no sea osteoporosis», aseguran los facultativos. Al ser una enfermedad que no tiene síntomas específicos es muy complicado diagnosticarla, pero existen algunos signos que pueden suponer una osteoporosis. Estos son:
- Sufrir fractura, que es la forma más evidente.
- Tener un dolor en la zona lumbar o dorsal baja que aumenta con el ejercicio y cede con el reposo.
- Bajar de talla: las mujeres que se dan cuenta que su altura disminuyó unos centímetros.
Ante cualquiera de estos signos se debe consultar con el médico de cabecera o de confianza para que el determine si su problema puede estar relacionado con la osteoporosis.
Los métodos de diagnóstico más utilizados son:
- La radiografía: aporta poco, pero sirve para determinar si existe, por ejemplo, una fractura de una vértebra.
- La densitometría ósea: es la que permite estudiar la cantidad de tejido óseo calcificado que se encuentra en el interior del hueso. Es un método no invasivo, útil para conocer la capacidad del hueso para responder a presiones externas.
El médico puede, de este modo, evaluar los riesgos de fracturas y establecer el tipo de tratamiento más adecuado para su paciente.
- El ultrasonido: esta técnica permite conocer la arquitectura del hueso, además de su densidad. Lo más probable es que, en el futuro, estas tecnologías se sumen a la ya experimentada densitometría, lo que nos dará la posibilidad de efectuar un diagnóstico más completo.
- Los marcadores bioquímicos: hay diversos marcadores que se pueden medir a través de la sangre y la orina. Estos reflejan la velocidad con que se destruye y se regenera el hueso. Estos marcadores son sustancias provenientes de la degradación del hueso, las que se eliminan por orina. Los estudios están orientados al conocimiento de la velocidad del metabolismo óseo. Cuando hay osteoporosis la fase de destrucción del hueso es mayor que la deformación.
Una vez que se obtiene los resultados de estos análisis más la historia clínica del paciente, el médico está en condiciones de hacer el diagnóstico y encarar el mejor tratamiento.
El mejor tratamiento para los huesos frágiles
Los tratamientos para la osteoporosis avanzan día a día porque se le considera la enfermedad crónica más común del mundo.
El estudio sistemático de las mejores formas de tratar esta enfermedad llevó a que, con un buen tratamiento, el hueso no solo se mantenga, sino que también se recupere. Por lo tanto, se puede decir que nunca es tarde para tratar la osteoporosis. Esto sí, se debe considerar que el tratamiento para la osteoporosis dura como mínimo 2 años porque el hueso va cambiando de a poco. Por eso si una persona hace una terapia de 2 o 3 meses es lo mismo que si no se trata.
Los avances científicos también se pueden ver el nivel de la evaluación de los resultados del tratamiento.
Hasta hace unos años se medicaba a una persona y recién al año se podía saber cual fue el resultado; hoy en día, con los métodos de análisis que existen se puede saber a los 3 ó 4 meses si la medicación está actuando en la forma que se espera. Además, si por alguna razón una persona deja de responder a una mediación, se la puede cambiar para que el hueso se siga recuperando. Según los especialistas, un buen tratamiento puede llegar a recuperar por año entre un 4 y un 6 % del hueso.
El criterio de la terapia es medicar al hueso hasta que esté dentro de los valores normales, pero cuando se está frente a un caso de una gran pérdida de masa ósea y deformación de la arquitectura corporal, la finalidad del tratamiento es reducir la probabilidad de fracturas y de mayor deterioro óseo.
Los tratamientos para las mujeres con osteoporosis varían según su condición personal, pero se puede decir que el gran problema del sexo femenino comienza con la menopausia y los criterios para la terapia son los siguientes:
- Mientras la mujer menstrúe y no tenga una enfermedad en el hueso, su probabilidad de tener osteoporosis es mínima, si la tiene, lo que hay que tratar es la enfermedad que la está provocando.
- Si una mujer posmenopáusica tiene un hueso sano, pero los análisis muestran que su hueso cambia rápidamente, es necesaria la prevención, que consta de una terapia con estrógeno acompañado de prostageno, en el caso de rechazarlo, se le puede recetar fosfonato o calcitonina.
- Si una mujer posmenopáusica ya tiene osteoporosis; además de incrementar la ingesta de calcio y la actividad física, y la exposición al sol, necesita medicamentos que recuperen el calcio de los huesos.
Hay dos tipos de tratamiento farmacológico:
Hormonal: con hormonas sexuales.
No hormonal: con medicamentos que actúen disminuyendo la pérdida del hueso y aumentando su formación.
Textos: Pablo G. Nutrichi – Ortopedia NEO Publicado en periódico «Semanario REGION®», de Santa Rosa, La Pampa, del 23 al 29 de de julio de 1999 – Año 9 – Nº 428.